Con las economías de la región a media marcha, muchas empresas han visto reducida drásticamente su actividad y tienen que hacerle frente a pagos de nóminas, alquileres y otros costos estructurales.

El 40 % de las microempresas latinoamericanas no posee una cuenta de correo electrónico, de acuerdo con una encuesta reciente del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF). Sumada la falta de una cadena logística que garantice los insumos imprescindibles, las pymes se encuentran hoy con una barrera muy fuerte en lo que respecta al necesario camino hacia la digitalización de sus negocios.

En tanto, desde la CEPAL, aseguran que América Latina tendrá un decrecimiento aproximado de 5,3 % del PIB en 2020. Y, de acuerdo con cifras del mismo organismo, la pobreza aumentará entre 4 y 5 puntos porcentuales, lo cual impactará directamente en la demanda de productos y servicios que ofrecen principalmente las pymes. 

Por estos motivos, debe realizarse un diagnóstico sobre las posibilidades de recuperación o de adecuación de los modelos de negocios y, además, sobre la utilidad de sus productos y servicios en un escenario post COVID-19. 

Así se torna fundamental analizar las habilidades actuales de las pymes y las competencias futuras que se podrían adquirir en el corto plazo a través de la dotación de diferentes recursos tecnológicos, sobre todo, en lo que respecta a la adopción de procesos de digitalización

La potencialidad de la migración para habilitar canales de ventas online

Una de las principales urgencias en este sentido es la migración de los productos y servicios comercializados de forma analógica a los canales exigidos por el ecommerce y, particularmente, por los nuevos hábitos de los consumidores: el uso de servicios digitales seguirá su curva ascendente. El 30% de los usuarios actuales de ecommerce realizó su primera compra histórica durante la cuarentena. Por lo tanto, 3 de cada 10 compradores digitales son novatos, y el 73% de ellos afirma que lo volvería a hacer, según Kantar. 

En términos generales, más del 99 % de las compañías en América Latina son micro, pequeñas o medianas empresas (mipymes con 1 a 200 empleados), las cuales suman más de 11 millones de emprendimientos en los cinco mayores mercados hispanoparlantes de la región: Argentina, Chile, Colombia, México y Perú. Estas empresas, de acuerdo con la CEPAL/ONU, generan el 61% del empleo y contribuyen al 29% del PIB. 

Comercio electrónico: comportamiento latinoamericano reciente 

México, de enero a marzo, perdió un 38% en ventas, pero no es un porcentaje alarmante teniendo en cuenta que está dentro del rango promedio de disminución de ventas online que todas las geografías mundiales experimentaron desde el comienzo de la pandemia.

Según los datos de Riskified, el comercio electrónico en Colombia ha sido el más afectado por la crisis, con una caída del 53% en las ventas en línea durante el período enero-marzo. Chile le sigue de cerca, con una disminución del 42% en los pedidos online.

Sin embargo, Colombia y Chile son países que pueden prepararse para superar la crisis, ya que tienen una deuda relativamente baja con respecto al PIB. Eso puede explicar lo positivo de las noticias más recientes: Colombia experimentó un aumento del 29% en los pedidos online durante la primera semana de abril, y Chile aumentó nada menos que un 119% durante la última semana de marzo.

En el caso del Perú, otro eje clave dentro de Latinoamérica, según un estudio realizado por la Cámara de Comercio de Lima (CCL), más del 60% de las marcas de ecommerce de este país ha indicado que se vieron afectadas al inicio de la cuarentena, pero, a pesar de esto, han logrado adaptarse a las nuevas necesidades del mercado. Además, solo alrededor de un 20% de estas empresas tuvo que parar sus operaciones. 

Otro dato relevante sobre Perú es que más del 90 % de los comercios encuestados por CCL considera que las ventas online son clave para contribuir a reactivar la economía del país.

Consolidando el entramado interempresarial

Ante este escenario, el apoyo gubernamental y la solidaridad intraempresarial serán un factor clave para la recuperación de Latinoamérica. 

Desde Xertica, entendemos que empresas, entidades de gobierno y centros educativos deben recurrir a la digitalización para mantener comunicados a sus equipos de trabajo, conservar la calidad de atención al ciudadano o cliente y continuar con la labor educativa y productiva, haciéndolo de manera rápida, cercana y eficiente. No obstante, por razones de estructura financiera, muchas de estas organizaciones no cuentan con respaldo para realizarlo con la urgencia que apremia.

Por esta razón, Xertica ha desarrollado una serie de recursos online para facilitar el acceso a la capacitación a las herramientas que promuevan el trabajo remoto y la digitalización de procesos. 

Este portal se encuentra disponible desde el 18 de marzo, a fin de contribuir al aprendizaje de la comunidad productiva y de los gobiernos de la región para colaborar en la reactivación económica de la región.

Tal vez te interese: ¿Cómo impacta el COVID-19 al ecosistema emprendedor? Estos son los 6 puntos clave

A la fecha, hemos ayudado gratuitamente en su proceso de transformación y de aceleración digital a más de 50 mil usuarios de distintos países. Este apuro del ecosistema productivo debe comprenderse a la luz de la enorme necesidad que las pymes regionales tienen en términos de apoyo.  

La transformación digital tiene ahora un nuevo alcance. No será fácil, pero los líderes podremos ayudar a aliviar la situación crítica que estamos atravesando, como así también a garantizar la transparencia de los gobiernos, elevar la calidad educativa y contribuir al bienestar de las personas de nuestra región.