“Vamos a dolarizar la economía, vamos a cerrar el Banco Central, vamos a terminar con el cáncer de la inflación”, dijo durante la campaña Javier Milei, el presidente electo de Argentina que arrasó el domingo en las elecciones con más de un 55% de los votos.
Cuando asuma el cargo por un período de cuatro años el próximo 10 de diciembre, deberá hacerse cargo de sus promesas en un país hundido en una profunda crisis económica, con una inflación que supera el 140%, cuatro de cada 10 argentinos en la pobreza y las reservas del Banco Central en números rojos.
Calificado como un “excremento” por Milei, el peso argentino podría tener sus días contados, si el economista libertario, quien se autodefine como “anarquista de mercado”, consigue dolarizar la economía.
Muchos se preguntan hoy en Argentina cómo se dolariza un país que tiene muy pocos dólares.
El Banco Central tendría que deshacerse de la base monetaria (los pesos en circulación) en todo el sistema financiero.
Para llevar el plan a la práctica, el Banco Central debería entregarles a los bancos comerciales una determinada cantidad de dólares a cambio de sus pesos.
Entonces, el banco comercial les comunicaría a sus clientes que sus antiguos depósitos en pesos, ahora están en dólares.
Por ejemplo, un banco le podría decir a una persona que en vez de tener 1.000 pesos argentinos, ahora tiene US$1.
El proceso no es nada fácil. Habría que intercambiar todos los préstamos que hoy existen con tasas de interés en pesos, a préstamos con tasas de interés en dólares.
En ese escenario, es probable que se fijara una tasa de canje entre los intereses en pesos y los intereses en dólares.
Algo similar tendría que ocurrir con la deuda en pesos que tiene el Banco Central. Éste le tendría que decirl a sus acreedores que va a pagar en dólares su actual deuda en pesos.
Teóricamente, cuando el proceso estuviera terminado, ya no sería necesaria la existencia del Banco Central, tal como ha expresado Milei en varias ocasiones.
“Cuando hablo de quemar el Banco Central no es una metáfora, lo quiero dinamitar, pero esto es literal. Es decir, hacerlo implosionar y que queden todos los escombros”, dijo en una ocasión Milei, cuyo plan es que el país deje de imprimir billetes y que todas las transacciones se hagan en dólares.
¿Es factible cumplir la promesa de dolarizar?
Muchos se preguntan hoy en Argentina cómo se dolariza un país que tiene muy pocos dólares.
El plan es controlar la rampante inflación del país dolarizando la economía. Milei le encomendó al economista Emilio Ocampo la tarea de darle forma a la propuesta.
“Nuestro cálculo es que en 16 meses todos los pesos se canjearán por dólares", dijo hace unos meses.
Pero más recientemente, el equipo liderado por Ocampo estaría barajando la opción de dolarizar en solo tres meses, según fuentes consultadas por BBC Mundo.
La clave del asunto está en conseguir los dólares.
Uno de los posibles escenarios es la creación de “un banco de reservas en el exterior” para que todas las deudas en pesos que tiene el Banco Central, sean intercambiadas por bonos que estarían dolarizados.
Si esa idea prospera, el país conseguiría dólares endeudándose.
¿Y cuál sería la garantía de esos bonos? Teóricamente los bonos serían respaldados con acciones de empresas públicas como YPF, acciones del Fondo de Garantía de Sustentabilidad, que son acciones que hoy tiene el Estado con las cuales se pagan jubilaciones y otros gastos.
Pero mientras no se anuncien oficialmente los detalles del plan para dolarizar, el camino preciso seguirá siendo un misterio.
Lo que no es un misterio es la controversia que existe frente a la factibilidad de llevar a cabo la dolarización y borrar del mapa al Banco Central.
El peso argentino ha experimentado una profunda devaluación.
"No es viable"
“La dolarización en estas condiciones no es viable ni tampoco es deseable”, dice Santiago Bulat, director de la consultora argentina Invecq, en diálogo con BBC Mundo.
“Para hacerlo, vas a tener un endeudamiento muy alto en moneda extranjera que requerirá un crecimiento de la economía muy elevado para cumplir con esos compromisos financieros”.
Además, el país quedaría sometido a las decisiones de política monetaria de EE.UU., perdiendo su autonomía.
A Sebastián Menescaldi, director asociado de la consultora EcoGo, también le preocupa el endeudamiento y la dependencia.
“Te estarías sometiendo a la política monetaria de otro país y eso puede llegar a ser perjudicial. Ya nos ha pasado con la convertibilidad", le dijo a BBC Mundo en agosto.
"Dolarizar no es la panacea”, agregó.
La inflación interanual en Argentina superó el 140%.
El "patético peso"
Fuera de Argentina, economistas como Steve Hanke, profesor de la Universidad Johns Hopkins, defienden la idea del presidente electo.
“Javier Milei entiende que la única forma de resolver definitivamente el problema del peso argentino es hacer oficialmente lo que la mayoría de los argentinos hacen extraoficialmente: dolarizar”.
“Estoy completamente de acuerdo con él”, le dijo a BBC Mundo el economista estadounidense, que fue asesor del presidente Carlos Menem de 1989 a 1999, en una entrevista previa.
Hanke argumenta que la única manera de terminar con la caída en el valor del “patético peso" es implementar la dolarización.
Argentina "debería deshacerse de su peso y ponerlo en un museo".
El costo social de dolarizar
A una parte de los economistas argentinos les preocupa el costo social que puede provocar la dolarización.
"Algo que aprendimos con la salida de la convertibilidad es que atarnos a un sistema monetario muy rígido nos provocó una muy fuerte suba de la pobreza y del desempleo, algo que la dolarización también podría causar”, argumentó Minescaldi.
Claudio Caprarulo, director de la consultora Analytica, le dijo a BBC Mundo en agosto que no es posible dolarizar la economía argentina como propone Milei.
Y si llegara a hacerlo, "el costo social sería muy alto", agregó.
Gran parte de los economistas argumentan que no están dadas las condiciones para dolarizar.
"Para llegar a una dolarización se produciría una mega devaluación, aumentaría la inflación muy fuerte al principio, y habría una caída gigante de los salarios de los trabajadores", agregó.
Caprarulo se opone al cierre del Banco Central porque éste no solo tiene un rol respecto al régimen cambiario, sino que también tiene un rol de regulación del sistema financiero para evitar crisis sistémicas y atenuar los shock externos.
Cómo se compara con la dolarización en Ecuador
En América Latina hay tres países dolarizados: Ecuador, El Salvador y Panamá.
Milei ha puesto como ejemplo la dolarización ecuatoriana al calificarla como exitosa y afirmando que los ecuatorianos están “muchísimo mejor” que los argentinos.
Ecuador dolarizó su economía en 2000.
Hace más de 20 años Ecuador inició su dolarización cuando la economía atravesaba una crisis tan profunda que la medida fue concebida como la última carta para salvar a un país de la debacle económica.
"Habían colapsado los bancos, se habían congelado los depósitos, era una situación apoteósica", le dice a BBC Mundo Gabriela Calderón, investigadora del Instituto Cato, en Washington DC.
Al comparar la propuesta del próximo gobierno argentino con lo ocurrido en Ecuador, argumenta que la idea del equipo de Milei es muy diferente.
"Difiere de la dolarización ecuatoriana porque propone eliminar el Banco Central", mientras que en Ecuador nunca fue cerrado y el nivel de endeudamiento del país escaló a niveles gigantescos.
Mantener el Banco Central fue un error, argumenta.
“Tenemos un hueco de US$9.000 millones en reservas bancarias que no se puede subsanar porque la administración de Rafael Correa se financió con esas reservas bancarias acumuladas en el Banco Central”, sostiene.
Calderón cree que cuando se implemente la dolarización en Argentina, el sistema financiero recuperará muchos de los dólares que la gente mantiene fuera.
“En Argentina es perfectamente factible dolarizar porque se calcula que los argentinos tienen más del 50% del Producto Interno Bruto en dólares acumulados en el exterior”, dice.
Cuando Ecuador dolarizó, apunta, la gente volvió a depositar dólares en el sistema financiero nacional.
Eso permitió, agrega, hacer la transición hacia el dólar en un período aproximado de seis meses.
Además de los beneficios económicos, la economista argumenta que desde un punto de vista político, la dolarización, junto a la eliminación del Banco Central, puede poner un importante límite al poder.
“En Ecuador, lo que nos salvó de convertirnos en la próxima Venezuela, fue la dolarización”.
Un proceso "bastante traumático" en Ecuador
Uno de los riesgos que advierten los economistas que se oponen a la dolarización en Argentina, es que Ecuador se volvió demasiado dependiente.
"Desde que se dolarizó Ecuador depende estrictamente de lo que pase con el precio del petróleo", sostiene Bulat.
Si el precio del petróleo baja, el país se queda sin ingresos y tiene que salir a buscar financiamiento en los mercados internacionales, ya que no tiene la opción de hacer una devaluación temporal de su moneda para enfrentar el viento en contra.
Eso pasa porque con la dolarización el país "pierde la libertad de accionar con su moneda, pierde la herramienta de política monetaria".
Comparada con Argentina, Ecuador es una economía mucho más pequeña que al momento de dolarizar estaba en una situación extrema.
"En su momento Ecuador tuvo su propio corralito", dice Bulat, cuando durante seis meses la gente no pudo tocar sus depósitos. "Fue una situación extrema".
Las elecciones presidenciales en Argentina son en octubre.
En Ecuador lo hicieron, argumenta el economista, porque había "un descalabro" político y de gasto.
En esos años, agrega, los gobiernos populistas estaban gastando muy por encima de lo que podían y eso provocó que la dolarización fuese el único cinturón disponible.
"Fue un proceso bastante traumatico para la población". Sin embargo, la gente aceptó muy bien la dolarización y no quiso regresar a su moneda que era manejada por los políticos.
Cuando se implementó la dolarización se produjo un equilibrio fiscal. Durante los primeros años las cosas estaban en orden y el gobierno no gastaba mas de lo que le ingresaba, explica.
Pero una década después empezó a aumentar el déficit fiscal y el gobierno se endeudó mucho más de lo que podía asumir.
Ahora la situación es crítica, apunta. "Ecuador ya tiene dos default de deuda en los últimos tres años y tiene un gigantesco riesgo país de 1.800 puntos".
"No consigue préstamos en los mercados internacionales", agrega. Eso muestra que la dolarización por sí sola, sin otras reformas, "no soluciona absolutamente nada".
A diferencia de Ecuador, argumenta Caprarulo, “Argentina no está sufriendo una crisis bancaria, los bancos tienen una liquidez en dólar alta como para responder ante los depósitos de los ahorristas”.
Mirando la experiencia ecuatoriana,“el país no resolvió sus problemas de crecimiento, de productividad. El país ha mostrado muchos problemas sociales, mucha fragilidad”, agrega.
Argentina enfrenta grandes desafíos políticos y económicos.
El país y el resto del mundo estarán atento a la evolución del inusual experimento libertario en que se embarcará la nación sudamericana y sus planes de dolarizar la economía.
Así como hay grandes expectativas, también hay grandes temores frente a lo que viene.
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