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Casi tres docenas de hoteles participan en los paquetes de la residencia Bad Bunny en Puerto Rico, que incluyen el concierto y han generado casi 200 millones de dólares, según Discover Puerto Rico, una organización que promueve la isla.
Se han reservado más de 48,000 noches de hotel en una época del año en que las visitas disminuyen antes del pico de la temporada de huracanes del Atlántico. Los organizadores del concierto dicen que se vendieron 25,000 paquetes en un solo día.
Las reservas de hotel aumentaron un 10% el 27 de julio, en comparación con la misma fecha del año pasado. Los alquileres a corto plazo se incrementaron un 42% este mes, con respecto al pasado agosto, y un 61% más para septiembre. Con boletos que pueden alcanzar cientos de dólares, se espera que el espectáculo atraiga a unas 600,000 personas.
Entre julio y septiembre se reservaron casi un 7% más de vuelos desde el territorio continental de Estados Unidos al principal aeropuerto internacional de Puerto Rico, que durante el mismo período de 2024, según la compañía de análisis de aviación Cirium.
Esta bonanza llega en un momento en que los promotores se centran más en la cultura de Puerto Rico que en sus playas.
En la ciudad natal de Bad Bunny, los turistas visitan su antigua escuela secundaria, el supermercado donde trabajó e incluso la iglesia donde sirvió como monaguillo.
Una mañana reciente, los Villanueva posaron frente a un mural de Bad Bunny en una tienda de suministros agrícolas que vende arneses para caballos y pienso para gallos de pelea. Por 20 dólares, compraron dos gorras con las letras “PR” de Puerto Rico, lo que provocó la amplia sonrisa de la cajera.
G8, una organización sin ánimo de lucro que ayuda a comunidades empobrecidas en la capital, San Juan, lanzó, por 25 dólares, un recorrido guiado en bicicleta llamado “Debí correr más bici”, un juego de palabras con el álbum más reciente de Bad Bunny, “Debí Tirar Más Fotos”.
Otra organización sin fines de lucro, Acción Valerosa, se asoció con el grupo musical Los Pleneros de la Cresta, que toca en los conciertos de Bad Bunny, para crear el tour “Café con Ron”, bautizado en honor de otra de las canciones del disco.
Llevan a los turistas a Ciales, un pueblo cafetero enclavado en las montañas del centro de la isla. El recorrido incluye un taller sobre la música tradicional puertorriqueña, y el dinero generado se utilizará para convertir un antiguo casino en un centro comunitario.
Incluso algunos estudiantes universitarios están sacando provecho de Bad Bunny.
Los turistas se enfundaron chalecos de poliéster rojo prestados del supermercado de Puerto Rico donde Bad Bunny trabajó en su día y sonreían mientras posaban para las fotos con el antiguo uniforme de la superestrella.