La pronunció el maestro Eugenio María de Hostos en el sepelio de su amigo Federico Henríquez y Carvajal: ¡Oh, América infeliz que solo sabes de tus grandes vivos cuando ya son tus grandes muertos!”
Por suerte, en el caso del profesor Juan Bosch, la crítica sentencia de esa frase no se cumplió durante los gobiernos de su PLD, como tampoco ocurrirá con el legado magisterial, político y ético de la profesora, maestra, doña Ivelisse Prats Ramírez de Pérez, ahora que su partido administra el Estado.
Y lo digo, porque en la tarde de ayer, el Ministerio de Educación bautizó el nuevo edificio del Instituto Dominicano de Evaluación e Investigación de la Calidad Educativa (Ideice) con el nombre de la insigne maestra.
Entonces, en momentos de tan alta desconfianza de parte de los ciudadanos hacia los políticos y sus partidos, es un justo y generoso acto de amor y agradecimiento que el gobierno de Luis Abinader, a través del Ministerio de Educación, reconozca a este excepcional ser humano que entre mil dones tuvo el del amor por el conocimiento, el del coraje y esa eterna juventud que le aumentaba con los años.
No tengo la mejor duda. Detrás de cada feliz iniciativa de este gobierno en el área educativa, ha estado y estará el alma y el pensamiento cívico y auténticamente socialdemócrata de doña Ivelisse.
Cuando el actual ministro de Educación, Roberto Fulcar, y su equipo, en apenas semanas se inventaron un modelo, toda una metodología convergente de educación virtual para salvar un año escolar que se daba por perdido, de seguro lo hicieron inspirados en la obra de vida magisterial de doña Ivelisse.
Y cuando se logró reducir la brecha digital entregando a estudiantes y docentes cerca de un millón trescientos mil dispositivos tecnológicos, y se igualó el salario de casi 70 mil maestros y se mejoró el de miles de jubilados y pensionados; en el momento de anunciar la conversión de 79 liceos de todo el país en politécnicos para la inserción laboral de nuestros jóvenes, no se lo he preguntado pero estoy seguro de que tanto el presidente Abinader como el ministro Fulcar pensaron a doña Ivelisse Prats Ramírez de Pérez.
En fin, si aspiramos a tenar algún día una patria de grandes vivos, debemos continuar reconociendo la obra y aportes de nuestros grandes muertos.
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