Buscando una metáfora para describir el comportamiento de una parte de los viejos robles del Partido Revolucionario Moderno (PRM), no se me ocurre otra mejor que la de una rabieta de un niño malcriado.
Entre las señales que han identificado los especialistas para determinar la malcriadez de los niños, hay varias que encajan como anillo al dedo y quizás expliquen la obstinación que muestran algunos de los miembros de esa organización.
Cuando los niños nunca están satisfechos con nada, no colaboran en la casa, hay que rogarles para todo, ignoran los mandatos de sus padres e intentan controlarlos; son claros indicadores de que los infantes tienen problemas de conducta y al igual que los padres, necesitan la asistencia de un especialista para mejorar su comportamiento.
Peña Gómez, propuso un acuerdo que se denominó “pacto de caballeros”, consistente en que los alcaldes electos deben gobernar con el presidente de la sala capitular de su partido para generar un clima de gobernabilidad y frenar el desorden que reinaba en los cabildos, frente a regidores que por simple capricho boicoteaban la gestión de los Alcaldes y Alcaldesas.
De allá para acá, aunque ha llovido mucho, se ha mantenido esa tradición para evitar situaciones violentas como la lamentable tragedia en Piedra Blanca, Bonao, donde una disputa -que se supone democrática- por la presidencia de una sala capitular de un ayuntamiento terminó en un baño de sangre, con un saldo de 4 muertos y doce heridos.
No es por casualidad que el Secretario General de la Liga Municipal Dominicana (LMD), de manera oportuna y sensata, hace un llamado a los alcaldes y regidores para que entreguen las armas de fuego y eviten incidentes desafortunados en las asambleas para elegir los bufetes directivos el próximo martes 16 agosto, sobre todo en un país con altos niveles de violencia, donde parte de la clase política parece haber sustituido las ideologías por la Tauro, la Glock y la 9MM.
Con el incumplimiento del “pacto de caballeros” y el boicot al diálogo de la ley de partidos y la reforma a la ley electoral -en las cuales el PRM quiere imponer más condiciones al PLD que las que le impusieron los Aliados vencedores de la primera Guerra Mundial (EEUU, Francia, Reino Unido y sus aliados) a las Potencias Centrales vencidas (Alemania y sus aliados)- no solo demuestran inmadurez, sino que nuestros problemas más que de formalidades jurídicas -leyes- son culturales.
Esto confirma la tesis del politólogo Alemán, Friedmann Reinhard: “las leyes no forman los sistemas de partidos. Los sistemas de partidos responden a una realidad y a una necesidad de que está radicada en la cultura, en las realidades socioeconómicas de una sociedad determinada”.
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