La nueva película sobre la exitosa pero trágica vida de Amy Winehouse, fallecida en 2011 tras una ingesta mortal de alcohol, ha recibido un sinfín de críticas por el supuesto blanqueamiento que hace de la tumultuosa relación de la estrella con su exmarido, Blake Fielder-Civil. A juicio de sus detractores, la cinta 'Back to Black', dirigida por Sam Taylor-Johnson y estrenada esta semana en Reino Unido, no otorga la debida relevancia al papel que jugó Blake en los problemas de drogadicción de la malograda intérprete.

El antiguo esposo de Amy, con quien estuvo casada entre 2007 y 2009, ha acudido este viernes al plató del programa 'Good Morning Britain' y no ha dudado en responder a las acusaciones, injustas en su opinión. Blake está convencido de que la cinta, protagonizada por Marisa Abela en el papel de la cantante y por Josh O'Connell en el de su exmarido, representa fielmente su romance, uno no exento de dificultades, conflictos y malas influencias, pero también marcado por una pasión irrefrenable.

"Yo no diría que se ha blanqueado nada. Pienso que refleja que no todo giraba en torno a la adicción", ha contestado en el magacine matinal de la cadena ITV. "Aunque ese puede ser el elemento más jugoso, no es el único aspecto", ha reiterado al hablar de su relación con la diva, quien murió a los 27 años de edad en su casa de Camden.

En su momento, Blake Fielder-Civil admitió que fue él quien introdujo a Amy en la heroína. Y desde entonces ha hecho todo lo posible por enmendar sus errores. "No suelo hablar a menudo de esto, pero siento que durante mucho tiempo no hice otra cosa que asumir mi responsabilidad. Es una cruz que he llevado a cuestas", se ha defendido antes de revelar que ha recibido amenazas de muerte por parte de los fans más radicales de su ex. "Amy inspira mucha devoción", asegura.