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Un día como hoy, 4 de julio de 1982, la República Dominicana fue sacudida por una de las tragedias más impactantes de su historia política reciente: el presidente Antonio Guzmán Fernández se quitó la vida en el Palacio Nacional, a solo semanas de concluir su mandato.
Hoy, al cumplirse 43 años de aquel trágico acontecimiento, se recuerda la figura de un mandatario clave en el proceso de transición democrática dominicana, tras décadas de gobiernos autoritarios.
Guzmán, miembro del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), asumió la presidencia en agosto de 1978, tras vencer en las urnas al entonces presidente Joaquín Balaguer, lo que marcó un momento histórico: por primera vez en muchas décadas, un cambio de gobierno se producía mediante el voto popular y sin ruptura institucional.
Durante su gestión, Guzmán se destacó por promover la libertad de prensa, el respeto a los derechos civiles y por haber iniciado una profunda reforma en las Fuerzas Armadas, en un momento en que el país aún vivía bajo la sombra del autoritarismo.
La madrugada del 4 de julio de 1982, Guzmán tomó la decisión de quitarse la vida en el Palacio Nacional. Aunque su familia y allegados guardaron discreción sobre los motivos, se ha especulado sobre posibles presiones políticas, cargas personales y problemas de salud que podrían haber influido en su estado emocional.
Su muerte, pocas semanas antes de entregar el mando al también perredeísta Salvador Jorge Blanco, generó consternación nacional, conmoción en el panorama internacional y un profundo debate sobre la salud mental y las presiones del poder.
Antonio Guzmán es recordado hoy como un presidente que, a pesar del trágico final, devolvió la esperanza democrática a muchos dominicanos y sentó las bases para una cultura política más abierta, cívica y participativa.