Científicos del CERN logran convertir plomo en oro por una fracción de segundo

oro plomo
Científicos del Centro Europeo de Física de Partículas (CERN) han logrado una proeza que por siglos fue el sueño de los alquimistas: convertir plomo en oro. Aunque esta transformación ocurre a escala subatómica y por un instante diminuto, representa un avance significativo en la física experimental.
El fenómeno se produjo en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), donde núcleos de plomo fueron acelerados al 99.999993 % de la velocidad de la luz. Al rozarse sin colisionar directamente, generaron campos electromagnéticos capaces de expulsar tres protones del núcleo del plomo, transformándolo brevemente en oro, que tiene 79 protones.
En ese sentido, estos experimentos también han generado otros elementos como talio y mercurio, dependiendo de cuántos protones se pierdan. En la zona de detección ALICE, se estima que se producen hasta 89.000 núcleos de oro por segundo, aunque en cantidades minúsculas y con una vida extremadamente corta.
En fases anteriores del LHC se habrían generado unos 86.000 millones de núcleos de oro, lo que equivale a solo 29 billonésimas de gramo. Actualmente, esa cifra podría haberse duplicado, pero sigue siendo irrelevante en términos económicos.
Finalmente, el CERN aclara que, aunque técnicamente se ha logrado la mítica “crisopea”, este oro fugaz tiene valor únicamente para la ciencia.









