EE.UU. se compromete con liderazgo global; cuestiona al fmi y banco mundial

Por Greidy Ponciano
Publicado el 23 abr 2025

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El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, lanzó este miércoles duras críticas contra el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), al considerar que ambas instituciones están “quedándose cortas” en sus objetivos. Sin embargo, aseguró que Washington no planea retirarse de estos organismos multilaterales.

Durante un discurso ante el Instituto de Finanzas Internacionales, Bessent buscó tranquilizar a los inversores, afirmando que Estados Unidos mantendrá su papel de liderazgo global. “Estados Unidos Primero no significa Estados Unidos por sí solo”, expresó, destacando que se trata de un llamado a una colaboración más profunda y al respeto mutuo entre socios comerciales.

Aunque algunos sectores conservadores han sugerido la salida del país de estas instituciones —como lo propone el Proyecto 2025 de la Fundación Heritage—, Bessent dejó claro que el gobierno apuesta por reformas antes que por el aislamiento.

Sostuvo que las instituciones “desempeñan roles críticos en el sistema internacional. Y la Administración Trump está ansiosa por trabajar con ellas, siempre que puedan mantenerse fieles a sus misiones”.

Este es el ejemplo más reciente de cómo Bessent, un exgerente de fondos de cobertura que sigue de cerca los mercados financieros, ha intentado calmar la agitación económica mientras el presidente Donald Trump pretende reconfigurar el comercio internacional a través de agresivos aranceles.

Tras las declaraciones de Bessent, los reporteros le preguntaron sobre un artículo del Wall Street Journal según el cual los enormes aranceles impuestos a China podrían reducirse a la mitad, citando a personas no identificadas familiarizadas con el asunto.

Bessent comentó: “Me sorprendería que esa discusión esté ocurriendo”. Sin embargo, manifestó que espera “una desescalada” en la confrontación comercial entre Washington y Beijing.

Trump indicó el martes que los aranceles del 145% sobre China podrían “reducirse sustancialmente”. Y luego, el miércoles, declaró a los reporteros que “todos quieren ser parte de lo que estamos haciendo” y que “todos van a estar felices”.

Más tarde ese día, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, manifestó en el programa “America Reports” de Fox News Channel que “no habrá una reducción unilateral de aranceles contra China .. El presidente ha dejado claro que China necesita hacer un acuerdo con Estados Unidos de América. Y somos optimistas de que eso sucederá”.

El discurso de Bessent en Washington fue un ataque contra el FMI y el Banco Mundial, que proporcionan préstamos y otros apoyos financieros en todo el mundo.

El funcionario afirmó que el gobierno de Trump “aprovechará el liderazgo e influencia de Estados Unidos en estas instituciones y las presionará para que cumplan con sus importantes mandatos”.

Algunas de las críticas de Bessent reflejaron los esfuerzos del gobierno de Trump por erradicar la ideología progresista de las instituciones federales. El funcionario alegó que el FMI “ha sufrido de desvío de misión” y “dedica una cantidad desproporcionada de tiempo y recursos a trabajar en el cambio climático, el género y los asuntos sociales”.

Señaló que había problemas similares en el Banco Mundial, que, según él, “ya no debería esperar cheques en blanco para un mercadeo insustancial centrado en palabras de moda y acompañado de compromisos a medias con la reforma”.

A pesar de las críticas, el apoyo de Bessent al FMI y al Banco Mundial fue un alivio para los banqueros de desarrollo y analistas, quienes en parte esperaban un anuncio de la retirada de Estados Unidos de las organizaciones.

El pasado octubre, Jay Shambaugh, exsubsecretario de asuntos internacionales, aludió a una propuesta del Proyecto 2025 para que Estados Unidos se retire del FMI y el Banco Mundial si Donald Trump ganaba las elecciones generales de 2024. Shambaugh dijo en ese momento que, sin el liderazgo de Estados Unidos, “tendríamos menos influencia y debilitaríamos estas instituciones. No podemos permitirnos eso”.

Bessent, en cambio, transmitió un mensaje de profundización del compromiso de Estados Unidos con las instituciones. Pero uno de los problemas, afirmó Bessent, es que China todavía es considerada como un país en desarrollo, lo que le otorga un trato más favorable por parte de las instituciones globales. Dado que China es la segunda economía más grande del mundo, afirmó, “es una economía adulta”.

A pesar de la creciente fricción entre Beijing y Washington, Bessent expresó que “hay una oportunidad para un gran acuerdo”.

El funcionario quiere que Estados Unidos impulse la fabricación mientras China aumenta el consumo, haciendo que su economía dependa menos de inundar el mundo con exportaciones baratas.

“Si quieren reequilibrar, hagámoslo juntos”, expresó. “Esta es una oportunidad increíble”.

Beijing manifestó el miércoles que “ejercer presión no es la manera correcta de tratar con China y simplemente no funcionará”.

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