









José Antonio Figueroa Bautista, alias “Kiko La Quema”.
La noche del 8 de marzo de 2024, mientras el mundo conmemoraba el Día Internacional de la Mujer, en las calles de Cambita Garabitos, provincia San Cristóbal, se vivía una escena completamente diferente. José Antonio Figueroa Bautista, alias “Kiko La Quema”, considerado el delincuente más buscado del país, cayó abatido en un enfrentamiento con la Policía Nacional.
Figueroa, quien se desplazaba en un vehículo Hyundai Sonata blanco, portaba un fusil y una pistola con las que se enfrentó a las autoridades antes de ser neutralizado. Junto a él viajaba una adolescente de 15 años, cuya identidad no fue revelada por las autoridades.
Su captura y posterior muerte no fueron fruto del azar. Desde noviembre de 2023, las fuerzas del orden habían intensificado su búsqueda a través de la denominada “Operación Montaña”, un despliegue diseñado exclusivamente para dar con su paradero. La presión aumentó cuando, el 27 de ese mismo mes, el presidente Luis Abinader le hizo un llamado público para que se entregara. Sin embargo, Figueroa optó por mantenerse en la clandestinidad hasta su última noche.
Hoy, un año después, su historia sigue siendo un reflejo de la lucha entre las fuerzas de seguridad y el crimen organizado en el país.
A “Kiko La Quema” se le señalaba como el líder de una presunta y peligrosa organización criminal en Cambita Garabitos, dedicada al microtráfico de drogas.
Además, se le atribuían delitos como homicidios, robos, secuestros, sicariato, extorsión, tráfico de armas, usurpación de terrenos y lavado de activos. La situación mantenía en constante tensión a gran parte del municipio, e incluso los propios familiares de la Quema decían en los medios de comunicación que vivían en un estado de incertidumbre.
En relación con este caso, las autoridades arrestaron a 11 de sus familiares, algunos de los cuales estarían presuntamente vinculados a la red delictiva. Entre los detenidos se encontraba una menor de 14 años, una de sus hijas.