OMS alerta sobre el repunte de casos de una nueva variante del COVID-19

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Las autoridades sanitarias globales están prestando especial atención a la nueva variante del SARS-CoV-2, denominada NB.1.8.1, que ha mostrado una expansión significativa en Asia.
A finales de abril de 2025, representaba cerca del 10,7 % de todas las secuencias analizadas, un fuerte aumento respecto al 2,5 % registrado apenas un mes antes, según informó la viróloga Lara Herrero, de la Universidad Griffith.
La variante se ha convertido en dominante en regiones como Hong Kong y China, aunque por ahora no existen evidencias que indiquen que provoque una enfermedad más grave que otras cepas anteriores. Aun así, su creciente prevalencia ha llevado a un monitoreo más estrecho por parte de organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha confirmado que algunas naciones del Pacífico occidental han comenzado a reportar un aumento en los casos y en las hospitalizaciones.
En este escenario, la OMS afirmó que las vacunas actuales continúan siendo efectivas contra esta variante y que no hay indicios de una mayor severidad clínica. No obstante, la doctora Amy Edwards, experta en enfermedades infecciosas pediátricas, advirtió que ensayos de laboratorio indican una mayor afinidad de NB.1.8.1 por las células humanas, lo que podría facilitar su transmisión, aunque no implica necesariamente una evolución hacia formas más severas de la enfermedad.
En medio de esta evolución epidemiológica, el secretario de Salud de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., anunció que su departamento ya no recomienda la vacunación contra la COVID-19 para niños sanos ni para mujeres embarazadas. Esta decisión ha generado críticas por parte de especialistas en salud pública, quienes advierten sobre los riesgos de relajar las medidas de protección en un momento de incertidumbre virológica.
Kennedy no proporcionó detalles técnicos que respalden este cambio, pero la medida se da en un contexto de revisión de políticas sanitarias en Estados Unidos. Varios expertos insisten en que modificar las recomendaciones de vacunación podría debilitar la respuesta ante nuevas variantes cuya evolución aún está siendo estudiada.
La comunidad científica sigue analizando el comportamiento y las características de la NB.1.8.1, al mismo tiempo que refuerza el llamado a mantener la vigilancia epidemiológica y la cooperación internacional para contener posibles impactos sanitarios a nivel global.






