









El periodista y escritor Jaime Bayly
El periodista y escritor Jaime Bayly lanzó una crítica contundente sobre la relación entre el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder ruso, Vladimir Putin. Según Bayly, Putin podría poseer videos íntimos de Trump, lo que explicaría su alineamiento con los intereses rusos.
En su programa, Bayly comenzó con un comentario personal, agradeciendo a su hermano y su familia por un regalo recibido. Luego, se adentró en un tema polémico: la reciente decisión de Estados Unidos de alinearse con Rusia en un voto en las Naciones Unidas sobre la guerra en Ucrania. Para Bayly, esto representa una gran vergüenza para la nación norteamericana y plantea una interrogante clave: ¿Por qué Trump se muestra tan cercano a Putin?
El escritor expuso su teoría de que Putin podría estar chantajeando a Trump con información comprometedora obtenida en 2013, cuando el entonces magnate visitó Moscú. Durante ese viaje, Trump se hospedó en el Ritz-Carlton, un hotel que, según Bayly, ha sido históricamente controlado por la KGB y repleto de cámaras y micrófonos ocultos. Se especula que en ese contexto pudieron haberse grabado situaciones comprometedoras en las que Trump estuvo involucrado, incluida la conocida historia del "baño dorado", que haría referencia a actos sexuales humillantes.
Bayly señala que este tipo de grabaciones, conocidas en Rusia como "compromat", podrían estar siendo utilizadas por Putin para influir en la postura política de Trump. Como evidencia de esta presunta sumisión, destaca la forma en que Trump evita llamar dictador a Putin y su postura más cautelosa hacia el líder ruso en comparación con sus críticas a otros mandatarios. Además, resalta que el expresidente ha apoyado a Putin en diversas ocasiones, incluso tras la invasión de Ucrania.
El periodista concluyó su análisis con una reflexión sobre la incoherencia en la política exterior de Trump y su supuesta sumisión ante Putin. Finalmente, con su característico tono humorístico, Bayly advirtió a los viajeros sobre los peligros del Ritz-Carlton de Moscú, insinuando que cualquiera podría ser grabado sin saberlo, al igual que, según él, le habría ocurrido a Trump.